Potaje de garbanzos con espinacas y bacalao
Este potaje de garbanzos también se llama de vigilia, debido a que es lo que se estilaba comer los viernes de cuaresma en nuestro país, ya que durante la cuaresma no se podía comer carne.
En este plato, se sustituye la carne por el bacalao, que solía ser en salazón, pero que ahora vamos a utilizar fresco, ya que tenemos la suerte de encontrarlo muy bien de precio, y así no lo tenemos que poner en remojo también la noche antes.
Se suele añadir un huevo cocido picado por encima, pero si no se le hecha, tampoco pasa nada.
Hay que tener en cuenta el punto de cocción del bacalao, y no añadirlo antes de tiempo al potaje. Se puede añadir troceado o desmigado, dependiendo de la textura que quieras tener en el potaje.
Ingredientes
- 750 gr de garbanzos secos
- 500 gr de espinacas frescas o congeladas
- 1 cebolla, finamente picada
- 2 hojas de laurel
- 250 gr de lomos de bacalao fresco
- 1 huevo
- 2 dientes de ajo enteros
- 1 cucharada de pimentón dulce
- 1 cucharada de harina
- un chorrito de aceite de oliva
- sal, al gusto
Procedimiento a seguir
La noche anterior, pon los garbanzos en remojo con agua fría, sal y un poco de bicarbonato. Al día siguiente, escúrrelos y colócalos en una cazuela, cúbrelos con agua y ponlos a calentar a fuego medio junto con el laurel y los dos dientes de ajo.
Generalmente, en dos horas estarán cocidos, pero todo va a depender de la calidad de los garbanzos. Cuécelos hasta que estén tiernos.
Limpia el bacalao y quítale todas las espinas que veas. trocéalo y añádelo a los garbanzos, junto con las espinacas, 10 minutos antes de que se terminen de hacer los garbanzos.
En otro recipiente pequeño, cuece el huevo en agua hirviendo durante aproximadamente 13 minutos, hasta que esté cocido. Escúrrelo y refréscalo antes de pelarlo.
Por otra parte, pica la cebolla finamente y sofríela en una sartén con un chorrito de aceite de oliva. Deja que se poche hasta que esté blanda, unos 7-10 minutos.
Después de ese tiempo, incorpora la harina y el pimentón y remuévelo todo para que se repartan bien estos dos ingredientes. Deja que el pimentón y la harina se doren ligeramente y añade este sofrito a los garbanzos.
Remueve el contenido de la cazuela y deja que se cueza todo durante 10 minutos, hasta que el líquido espese un poco.
Trocea el huevo cocido en el potaje y sazónalo con sal hasta que tenga gusto. Sírvelo caliente en una sopera en el centro de la mesa para que todos se puedan servir lo que quieran.